Modulación de la hormona del crecimiento
La somatropina (hormona del crecimiento) se aisló y se utilizó por primera vez para el tratamiento en 1956. Desde entonces y hasta 1989 se obtuvo a través de la glándula pituitaria, una glándula situada en la base del cerebro.
Entre 1959 y 1989, debido a la escasez de somatropina, su uso se restringió a los niños con problemas de crecimiento, por lo que se le conoció como hormona del crecimiento.
La secreción de esta hormona disminuye progresivamente, de 1 a 3 % por año, a partir de los 30 años. A los 60 años tenemos menos de la mitad de la cantidad de la hormona, si la comparamos con los niveles detectados a los 25 años. En otras palabras, el cuerpo pierde la capacidad de recuperar las células dañadas, lo que se traduce en el envejecimiento.

La disminución de los niveles de la hormona del crecimiento humano (o somatropina) en los adultos se asocia con síntomas mentales y emocionales como el cansancio, la tendencia a la depresión, el aislamiento social, la baja autoestima, la ansiedad y los fallos de memoria; también se relaciona con signos físicos como el aumento de la grasa abdominal, la disminución de la masa muscular, la reducción de la densidad mineral ósea, la piel fina, flácida y arrugada, la alteración del metabolismo de los lípidos y la intolerancia a la glucosa.
La deficiencia hormonal en los adultos también se ha asociado con un menor rendimiento cardíaco, una menor esperanza de vida y la sarcopenia (disminución del tejido muscular).
La somatropina como herramienta de tratamiento antienvejecimiento
En 1989, con la aparición de la técnica de ingeniería genética recombinante, la Hormona del Crecimiento comenzó a tener como materia prima bacterias como la E.coli, producida en el laboratorio a gran escala. De este modo, quedó libre del riesgo de contaminación. Esto hizo posible que esta hormona se utilizara en casos de adultos con deficiencia de la hormona del crecimiento.
Las investigaciones han demostrado que la deficiencia de la hormona del crecimiento en los adultos es más frecuente de lo que se imagina, ya que a través de su sustitución se pueden revertir parcial o totalmente diversos signos y síntomas del envejecimiento.
Dada su capacidad para recuperar los niveles hormonales juveniles en los adultos, actualmente se utiliza ampliamente en clínicas especializadas de todo el mundo para combatir el proceso de envejecimiento.
Algunas de las áreas de envejecimiento que pueden ser revertidas con tratamientos de hormonas de crecimiento:
Lesiones de la piel
El sol, los rayos ultravioletas y el tabaco son particularmente dañinos para las células de la piel, y la hormona del crecimiento ayuda a reparar las células dañadas.
El resultado es una piel más suave, con menos arrugas.
Pérdida de memoria
Las células cerebrales lesionadas son responsables de la pérdida de memoria que, a medida que la edad avanza, puede degenerar en la enfermedad de Alzheimer. Así, la Hormona del Crecimiento ayuda a reparar las células cerebrales, previniendo el deterioro mental asociado a la edad.
Deterioro de los huesos
El deterioro de los huesos inducido por la edad es la causa más frecuente de las peligrosas fracturas de huesos que son comunes en la población de edad avanzada. La Hormona de Crecimiento no solo fortalece los huesos, sino que puede reparar las células óseas alteradas. Por lo tanto, representa la cura potencial para la forma más grave de degeneración ósea: la osteoporosis.
Aumento de la energía y la función sexual
Como un potente “afrodisíaco”, la Hormona del Crecimiento restaura la potencia sexual y la sexualidad en el hombre. Muchas mujeres que utilizan la hormona experimentan un aumento de la libido, del placer y de los orgasmos múltiples, el equivalente femenino del aumento de la potencia en los hombres.
También ayuda a reducir los síntomas menstruales y postmenopáusicos, así como a eliminar la sequedad vaginal.
La influencia de la somatropina en la salud general
La Hormona de Crecimiento también ayuda a mantener al individuo sano en términos genéricos, promoviendo la pérdida de peso y el aumento de la masa muscular de forma natural.
Además, promueve el aumento de la fuerza, el peso saludable y la pérdida de grasa, retrasando el proceso de envejecimiento. Los efectos secundarios del uso de la somatropina como droga antienvejecimiento son mínimos y raros, ya que la dosis recomendada para este efecto es muy baja y a menudo se verifica mediante evaluación clínica.
Referencias bibliográficas:
Hartman, M.L., Kanaley, J.A., Weltman, A. (1995) Growth hormone economy in menopausal women: effects of age. In: Adaslii EY, Thorner MO, eds. The somatotrophic Axis and the Reproductive Process in Health and Desease. N.Y.: Springer-Verlag. P. 142-159