Con el aumento de la longevidad, ha surgido la necesidad de prolongar la calidad de vida. Esto fue posible gracias al uso de la medicina antienvejecimiento que tiene 5 bases esenciales: nutrición, modulación hormonal, ejercicio físico, estilo de vida saludable y suplementos.
Al no poder detener el tiempo, la medicina antienvejecimiento permite retrasar el reloj biológico, reduciendo sustancialmente la aceleración del envejecimiento, minimizando la probabilidad de que aparezcan patologías, ya que quienes la practican, reponen y reciben todas las materias primas necesarias y han conquistado adeptos en todas partes del mundo y actualmente se considera como la medicina del presente pensando en el futuro. Porque lo que conocemos como enfermedad (y en particular las enfermedades degenerativas asociadas al envejecimiento) es una consecuencia de la suma (y potenciación) de las carencias graduales, crónicas y acumulativas de materias primas básicas que el cuerpo humano necesita para funcionar perfectamente, asociadas al proceso, igualmente crónico y acumulativo, de diversas intoxicaciones.