Ejercicio físico
El ejercicio regular, junto con una dieta adecuada, son puntos fundamentales en la medicina antienvejecimiento y también son la base de un sistema inmunológico fuerte y eficiente.
De hecho, los beneficios del ejercicio físico regular se hacen más evidentes a medida que avanza la edad, fase de la vida en la que hay una mayor predisposición a las limitaciones físicas y químicas, lo que hace que esta práctica regular sea una actitud imperativa para mantener la salud y la calidad de vida.
Un cuerpo en forma es el mayor aliado contra la vejez y la enfermedad, independientemente de la edad, la condición física o las limitaciones motoras de los individuos.

A medida que los individuos envejecen, pierden masa muscular, la capacidad de usar oxígeno disminuye, las articulaciones se vuelven rígidas, la movilidad se hace más difícil y el metabolismo se desacelera.
Así pues, el ejercicio regular demuestra ser importante:
- Prevenir la desmineralización de los huesos: movilizar los minerales presentes en la sangre y en los huesos y ayudar a arreglarlos;
- Prevenir la sarcopenia/pérdida de masa muscular – mejorando la circulación y estimulando la renovación de las células musculares;
- Prevenir los problemas intestinales – estimulando los movimientos peristálticos intestinales, evitando así la acumulación de sustancias nocivas que producen inflamación y reducen la absorción de nutrientes;
- Activar la renovación neuronal del cerebro y mantener la capacidad cognitiva óptima.
Otros beneficios del ejercicio regular:
- Aumento de los regímenes metabólicos;
- Reducción del riesgo de enfermedades cardíacas;
- Mejora de la postura;
- Disminución del porcentaje de grasa corporal;
- Reducción del estrés;
- Aumento de la energía y la concentración;
- Aumento de la fuerza física y la juventud;
- Mayor capacidad de socializar y trabajar;
- Aumento de la autoestima;
- Mejora de la calidad de vida en términos generales.